Escrito el dia 31 de enero de
2017 a bordo del Hespérides en algún lugar del Paso del Drake (o Mar de Hoces)
Nota: Las fotografías no necesariamente corresponden a la campaña 2016-2017
El tiempo pasa de prisa en la
Antártida, hay muchos acontecimientos durante un día como para que las 24 horas
no se te queden cortas. Por una parte mientras trabajas, el tiempo pasa rápido
y parece que no hay tiempo suficiente para completar todas las actividades
planificadas, por otra parte cuando uno echa la vista atrás y recuerda algún
evento determinado parece que ha ocurrido hace mucho tiempo aunque haya sido solo
una semana atrás. Todo este preámbulo es para decir que han pasado tres semanas
desde que salimos de Byers el día 4 de enero y cuando escribo esto estoy
embarcado en el Hespérides camino de Punta Arenas con la campaña de este año
finalizada. No ha habido un momento con suficiente tiempo por delante para que
me haya podido dedicar a seguir escribiendo este blog más que la entrada
anterior. Así que ahora toca hacer algunas entradas recopilatorias de todo lo
que hemos vivido durante nuestra estancia en la Base Gabriel de Castilla en la
isla Decepción.
Base Antártica Española Gabriel de Castilla
La vida en una base es sustancialmente
diferente de la vida en un campamento, las condiciones de vida son
infinitamente mejores y el grupo humano bastante más numeroso. Hemos pasado de
estar tres personas en el campamento Byers a alrededor de 40 en la base. Hemos
pasado de dormir en una tienda de campaña a cero grados a dormir en un plácido
dormitorio con una cama a más de 20 grados. Hemos pasado de no poder ducharnos
a tener la posibilidad de ducha diaria, de comer comida congelada envasada al vacío
a comer productos recién cocinados… Recomiendo si es posible la vivencia de
estas dos realidades antárticas. La pregunta de cuál prefiero no tiene
respuesta, sería como decir a quien quiero más a papá o a mamá. Cada una tiene
sus características que la hacen especial e interesante.
La estructura de una base
antártica en general es bastante común a todas ellas. Están formadas por un
grupo de edificaciones cada una destinada a los distintos usos necesarios para
mantener su actividad y asegurar que los trabajos científicos, razón de ser de
su existencia, puedan realizarse con la mayor garantía posible. Su
funcionalidad y distribución podría equiparse a las partes del cuerpo humano.
Base Antártica Española Juan Carlos I
Base Antártica Rusa Belllingshausen
Base Antártica Argentina Primavera
El corazón de una base, es el compartimento o módulo de motores. Sin ellos no sería posible mantener operativa la base, necesitamos sobre todo la electricidad y el calor que generan para poder mantener un grado de confortabilidad suficiente. Su mantenimiento y cuidado se realiza con mimo y atención ya que es además uno de los lugares más susceptibles a que se produzca un incendio cuyas consecuencias en la Antártida pueden ser desastrosas y dramáticas.
Base Antártica Española Juan Carlos I
Base Antártica Rusa Belllingshausen
Base Antártica Argentina Primavera
El corazón de una base, es el compartimento o módulo de motores. Sin ellos no sería posible mantener operativa la base, necesitamos sobre todo la electricidad y el calor que generan para poder mantener un grado de confortabilidad suficiente. Su mantenimiento y cuidado se realiza con mimo y atención ya que es además uno de los lugares más susceptibles a que se produzca un incendio cuyas consecuencias en la Antártida pueden ser desastrosas y dramáticas.
El estómago de este ser viviente
sería la zona de vida donde se sitúan la cocina y el salón-comedor. Dependiendo
de la base pueden variar de tamaño y distribución, pero es ahí donde se reúnen
todos los componentes de la base y donde se conversa e intercambian ideas,
conocimientos y momentos inolvidables. En general es el espacio más amplio de
la base y en muchas de ellas no faltan elementos de ocio como una biblioteca,
pantalla para ver películas, futbolín, billar o mesa de ping-pong.
Modulo de vida de la base Gabriel de Castilla
Los pulmones de la base podrían
considerarse los dormitorios, que después de duras jornadas de trabajo permiten
recobrar el resuello y renovar las fuerzas para enfrentarse al trabajo del día
siguiente. Normalmente son espacios austeros en los que se aprovecha el espacio
al máximo con varias literas y que en algunos casos recuerdan lejanamente al
famoso camarote de los hermanos Marx.
Dormitorio de la base Gabriel de Castilla
El hígado y los riñones lo forman
la zona de baños y duchas. Con la aglomeración típica de la base es el único
lugar donde no se tiene a la vista a nadie.
Baños de la base Gabriel de Castilla
El bazo de una base antártica
serían la enfermería que aportaría todo lo necesario para resolver en cuestiones de salud, desde una
urgencia grave hasta un simple resfriado, y que nos da una gran
tranquilidad durante nuestra estancia. También se puede considerar en esta categoría el módulo de taller que
alberga todo el material necesario para realizar las mil y una reparaciones
necesarias y que el personal de apoyo de una manera realmente eficaz acomete
cada vez que es necesario, improvisando muchas veces sobre la marcha soluciones
que resuelven situaciones aparentemente sin solución.
Enfermería de la base Gabriel de Castilla
Las extremidades serían el módulo
de navegación y montaña que dan la posibilidad de extender las actividades
científicas más allá de las inmediaciones de la base y que forma parte de uno
de los apoyos más directos a la actividad científica.
Los sentidos y la red neuronal de
la base son las comunicaciones, son el nexo de unión de la base con el exterior,
otras bases, barcos y con nuestra casa, y entre los habitantes de la base entre
sí. Son de vital importancia para en caso de una urgencia que las actuaciones
que haya que llevar a cabo se hagan rápidamente. Es norma de obligado
cumplimiento salir de la base con un “walkie” para contactar en caso de necesidad.
Todo organismo tiene un sistema excretor que procesa y elimina los residuos. En una base este sistema se concentra alrededor de la planta incineradora y el punto limpio donde se hace una labor primordial para que nuestra presencia genere los mínimos impactos posibles. Toda la basura que se genera es separada según su naturaleza, compactada y enviada de vuelta a Sudamérica donde se depositará en lugares apropiados y otra parte es incinerada y las cenizas resultantes también son enviadas a Sudamérica. De esta manera la huella que dejamos en esta región será transitoria y desaparecerá a lo largo del tiempo.
Base Gabriel de Castilla con la incineradora al fondo y una de las antenas de radio
Todo organismo tiene un sistema excretor que procesa y elimina los residuos. En una base este sistema se concentra alrededor de la planta incineradora y el punto limpio donde se hace una labor primordial para que nuestra presencia genere los mínimos impactos posibles. Toda la basura que se genera es separada según su naturaleza, compactada y enviada de vuelta a Sudamérica donde se depositará en lugares apropiados y otra parte es incinerada y las cenizas resultantes también son enviadas a Sudamérica. De esta manera la huella que dejamos en esta región será transitoria y desaparecerá a lo largo del tiempo.
Base Gabriel de Castilla con la incineradora al fondo y una de las antenas de radio
La complejidad de las tareas que
se desarrollan en la base exige de un lugar donde se almacenen los diversos
tipos de materiales, comida, equipamientos etc. podríamos considerarlo el
tejido adiposo de ese organismo imaginario. En esta campaña justo se esta construyendo uno nuevo que sustituirá al conjunto de contenedores que había hasta ahora.
La razón de ser de una base
antártica es el apoyo a la ciencia que se realiza en ella. Esta es la principal
actividad de la misma y la que permite que un país forme parte del selecto club que determina el futuro de este continente, es decir, que sea parte
consultiva del Tratado Antártico. La mera presencia de un país sin realizar
nada de ciencia no justificaría ni permitiría la pertenencia a este tratado, es
por ello que los científicos estamos aquí. El modulo o módulos científicos
podrían considerarse por tanto el cerebro de la base. Es aquí donde se alojan
los equipos necesarios para llevar a cabo el procesado y análisis de muestras y
datos y donde se van generando los primeros pasos de lo que en un futuro
cercano será una publicación científica sobre cualquiera de los temas desarrollados por los distintos grupos de investigación. Es la culminación de lo que nos trae
a científicos y personal de apoyo a la Antártida, desentrañar sus misterios y
ampliar el conocimiento sobre su funcionamiento, su interacción con otras
regiones del planeta y desvelar las amenazas que puedan cernirse sobre ella.
Vista del módulo científico (rojo) e iglús (laboratorio semi-húmedo)
Vista del módulo científico (rojo) e iglús (laboratorio semi-húmedo)
Las bases por si solas no son
nada sin las personas, cada parte de su anatomía está unida a una persona o
grupo de personas que hacen que su función se desarrolle al máximo. En el caso
de la base Gabriel de Castilla estas personas son la dotación del Ejército de
Tierra y en la base Juan Carlos I los técnicos de la Unidad de Tecnología
Marina del CSIC. Todos ellos con sus respectivos jefes al frente hacen que
nuestra labor pueda desarrollarse al máximo y que logremos llevar a cabo todos los
objetivos que nos hemos marcado para la campaña.
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