jueves, 23 de diciembre de 2021

Navidades blancas, Antárticas

Arbol de Navidad en
la base Gabriel de Castilla

Hoy es 24 de diciembre, esta noche es Nochebuena y mañana Navidad dice el villancico. Tiempo de encuentro y de estar con la familia. Para los investigadores antárticos es en este tiempo, el verano austral, el momento en el que la Antártida es accesible para poder llevar a cabo nuestras investigaciones y en el que una buena parte de nosotros y los técnicos que nos dan apoyo pasamos lejos de casa, lo que supone un esfuerzo personal para nosotros pero sobre todo para nuestras familias. ¿Cómo se pasa la Nochebuena o el Fin de Año en las bases antárticas? Sin querer erigirme en representante de los alrededor de 5000 investigadores y técnicos que ahora estaremos trabajando en la Antártida, si me gustaría compartir la experiencia de pasar estos días en diferentes situaciones y de paso contribuir a difundir un aspecto mas de los entresijos de la vida durante la investigación antártica. A lo largo de los 27 años que llevo vinculado a la investigación en la Antártida y de las 15 campañas en las que he participado he pasado las navidades en bases españolas, bases argentinas, campamentos y buques. Cada uno de ellos ofrece sus peculiaridades por el tamaño, funcionamiento o aislamiento y aporta una forma diferente de vivir la Nochebuena, pero en todos ellos el denominador común es el esfuerzo por hacer de esta noche un momento especial para compartir con nuestros compañeros y compañeras y recordar a nuestros familiares. 

Base Antártica Española "Gabriel de Castilla (2018)

 El tiempo en todas partes del mundo y en todo momento es oro, pero en la Antártida es platino. La disponibilidad de tiempo para llevar a cabo el trabajo está muy limitada por las duras condiciones antárticas que como comentaba solo permiten trabajar de una forma continuada durante el verano austral. Esto implica que hay que aprovechar el tiempo al máximo durante esta época. Por otra parte, el principal condicionante del trabajo aquí es la meteorología que marca el día a día y dada su rápida variabilidad cada hora disponible. Con todo ello, no hay tiempo que perder y el día de Nochebuena al igual que el de Fin de Año y por supuesto fines de semana se trabaja al máximo. Aquí el dicho de “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” tiene su máxima expresión. Sin embargo, no es un día normal, en las bases y en los buques se nota una cierta excitación, desde luego mucho trasiego en las cocinas, que sería de nosotros durante toda la campaña sin los cocineros. Poco a poco, a medida que avanza el día, esa actividad va en aumento y en muchos lugares los adornos navideños que se han colocado con exquisito cuidado completan la ambientación. Según van terminando los trabajos y los investigadores y técnicos retornan a la base, el ambiente se va caldeando y una vez que se acerca la hora, los olores de la inminente cena van inundándolo todo.  En estos tiempos en los que en general las comunicaciones son buenas y es fácil disponer de internet y posibilidad de alguna llamada telefónica, se suceden los mensajes y las breves charlas con las familias para desearles lo mejor para esta noche desde tantos kilómetros de distancia. Muchos ojos brillan más de lo normal, aquí y seguro que allá. En otros tiempos la dependencia de la comunicación por radio casi ni siquiera daba la oportunidad de poder hablar, si acaso con un estruendoso ruido de ondas de fondo. Ahora al menos, hasta el más remoto campamento tiene una oportunidad de mandar un mensaje por satélite y sentir una cierta cercanía con los seres queridos. 

Arbol de Navidad en la base
argentina Esperanza

Aspecto del buffet de la cena de Nochebuena en
la base argentina Esperanza











Llega el momento de la cena y gracias al gran esfuerzo de los cocineros asistimos a un acontecimiento especial que rompe la rutina del día a día y desde luego hace honor más que de sobra a lo que supone la celebración con quienes se han convertido en nuestra familia durante nuestra estancia en las bases y buques. Al finalizar, cantes y quizás algún baile ataviados con detalles navideños, gorros de Papa Noel, cuernos de reno, panderetas... De vez en cuando de nuevo algunos ojos más brillantes de lo habitual y gracias a las comunicaciones y a todos los técnicos que las hacen posibles algún que otro mensaje y llamada que nos acercan a nuestras familias. 


Campamento Internacional Byers

En los campamentos el número de personas es menor, diez o incluso 3 frente a 30 o 50 personas en las bases, y las condiciones son menos cómodas, pero no por ello se pierde la calidez de una noche que se quiere hacer especial. Las limitaciones logísticas hacen que la cena sea menos espectacular pero en esas condiciones es fácil convertir pequeñas cosas convenientemente reservadas para la ocasión en un acontecimiento. 

Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad. Al día siguiente, día de Navidad, si es posible se aprovecha para hacer algo de descanso. El desgaste del trabajo continuo a bajas temperaturas día tras día lo merece, y la comida de Navidad ofrece una nueva oportunidad para disfrutar de la compañía de todos. Sin embargo, en muchas ocasiones de nuevo manda el “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, el tiempo es platino y el trabajo para desentrañar los misterios y las amenazas de este maravilloso continente debe continuar.
¡FELIZ NAVIDAD !